Seleccionar página

ENTREVISTA | MOOR MOTHER

ENTREVISTA | MOOR MOTHER

Por: Diego Rubio | Fotos: Ebru Yildiz

La palabra hablada es milenaria, y es algo que nos conecta los unos a los otros de una manera visceral, más allá de lenguas y realizaciones concretas. la cantante, rapera, productora, pensadora, activista y poeta Moor Mother ha entregado su vida para poner la palabra al servicio de la unión, pero también en contra de la división. el combate es de ida y vuelta, pero si hay bajas que sean de los que restan.

Tan lejos y tan cerca pueden estar a veces los universos, pero no importa: las palabras recorrerán todas las distancias posibles. “La palabra es milenaria, es lo más antiguo que tenemos”, dice una Camae Ayewa siempre reflexiva que ha hecho de la palabra y su difusión consciente, conciliadora, su ideal de vida, pero también su profesión. “Dentro de una comunidad a nadie le importa si eres importante en Europa o en Nueva York. Importa entenderse, así que las palabras son lo primordial, mucho más que el lenguaje, musical o no, que estés empleando”. Con las palabras intercambiamos conocimiento, nos insuflamos ánimo o nos sentimos conectados vibrando en una misma frecuencia, pero también nos gritamos a voces por tener la razón, nos insultamos, suplicamos ayuda si nos estamos ahogando. Las palabras son lo que el agua para Bruce Lee. Y Moor Mother lo sabe bien. Es muy consciente del poder de la palabra, y lleva rindiéndole culto prácticamente durante cada uno de sus 42 años de vida. Incluso ella misma se pregunta por qué no escribe un libro para expresar lo que expresa en sus discos. El último, un The Great Bailout que palpa las heridas sin cerrar del imperialismo y sus consecuencias en la diáspora africana. “Supongo que grabar un disco es más fácil que escribir un libro”, concluye. Pero también está muy convencida de que “es importante que cada artista haga el tipo de arte que quiere hacer”, y que precisamente el lenguaje que cada uno escoja es gran parte de lo que le da sentido. Camae no escribe para hacer discos. “Siempre escribo muchísimo más de lo que finalmente aparece en los discos, porque tampoco investigo para hacer un disco. Investigo por mí, para mi vida. Es importante que cada uno siga aprendiendo acerca de su propia Historia, empezando por preguntarle a nuestras madres, a nuestras abuelas, para entender de dónde viene todo, el presente que nosotros vivimos. Es importantísimo saber lo que se ha hecho, que ha sucedido. Y después mi manera de compartirlo con el mundo es con un disco, o con otro soporte con el que me sienta cómoda”.

No solo ha publicado discos como Moor Mother: su debut ya incluía un extenso poemario, y sí que ha publicado algo parecido a un libro con el manifiesto fundacional del colectivo Black Quantum Futurism, en el que participa con Rasheedah Phillips. “Pero nunca es solo teoría: tiene que implicar práctica, acción”. Eso les enseña a sus alumnos -es profesora adjunta en una escuela superior de música de una universidad de Los Angeles-, además de a darle importancia a sus sueños y a las cosas que aman, pues “nos inculcan desde pequeños avergonzarnos de lo que nos gusta”. De ellos aprende el valor de la conversación. “Muchas veces estoy en clase y pienso: ‘Debería grabar esto y hacer un disco’. Creo que cuando estás hablándole a la gente, cuando estás compartiendo…, siempre hay cosas que alguien necesita oír, ¿sabes? Compartir nuestras experiencias, nuestras vivencias, nuestras creencias, puede ser importante para el otro. Y puede servir para activar cosas trascendentes a nivel práctico: quizá tú solo grites que la guerra está mal y otra persona después salga a protestar, y quizá luego otra quiera llegar a un tercer escalón y organice un pequeño grupo en su comunidad. Aunque no se pueda ir más allá, la pregunta no es ¿cómo consigo que lo que hago tenga más impacto? Es más bien ¿por qué hacemos las cosas y qué entendemos por impacto? Amar es compartir.  También hay que asumir que no todos estamos aquí para dar y recibir, hay gente que solo coge. Justo hace un par de semanas vi Dream Scenario, la nueva peli de Nicolas Cage, y me vino a la cabeza esa idea del profesor al que le roban las ideas sus alumnos. Supongo que es importante saber dejarse llevar por la intuición hacia las buenas personas; he sido afortunada en eso”.

Acción y conversación son fuerzas que quizá ha entendido gracias a su contacto con las escenas autogestionadas. “Aún no he encontrado una música que me aplaque, y he hecho de todo: empecé en una banda de punk rap tocando en sótanos y baretos y mi próximo proyecto es muy, muy hardcore, ni siquiera te imaginas que mi voz pueda llegar a esos extremos. A lo largo de todas esas experiencias he entendido que sé cómo comandar una audiencia, y al final eso es una parte importantísima de dar un mensaje”. Por esto su vehículo de expresión más natural es la música. “Si te soy sincera, creo que mi mejor versión está en una banda de punk”, reconoce, y en cierto modo por su trayectoria siempre corre ese subtexto, con proyectos como 700 Bliss, aunque para ella lo más cerca que ha estado es en True Opera, de Moor Jewelry, un proyecto de improvisación con Steve Montenegro (Mental Jewelry) en el que querían recrear “ese feeling crudo de los primeros días de nuestras carreras”. Sin embargo, la tríada que para ella define su manera de entender la música la forman el jazz, el góspel y el blues. “Esos elementos forman parte de lo que yo llamo ‘tecnologías de la liberación’. La experimentación ha demostrado ser para mí una fuente de alquimia: pones alcohol en la palma de tu mano, prendes fuego… y magia. Pruebas, experimentas… y el jazz, el góspel y el blues permiten infinidad de experimentos, son maleables, flexibles, y te permiten imaginar realidades liberadoras. Además de que son contenedores fascinantes para otro tipo de imputs. Por eso son la base de la música que escuchamos hoy fundamentalmente”.

Sobre el Autor

NUEBO RADIO

NUEBO EVENTOS

Share This