ENTREVISTA | ELA FIDALGO

Por: Omar Poveda

Ela Fidalgo es una de esas mentes privilegiadas para la creación y la vida en sociedad. En sus proyectos apunta hacia diferentes conceptos que acompañan, hoy más que nunca, al ser humano: la individualidad, el egoísmo o la inmediatez, a través de un imaginario personal donde predominan los materiales textiles. Ela es una artista indomable y defiende la imperfección en una sociedad donde esta no tiene cabida. Su obra puede verse en la nueva edición de Urvanity, del 7 al 10 de marzo en Matadero Madrid

Fue muy sencillo concertar la entrevista con Ela (Palma de Mallorca, 1993), aunque sabemos que actualmente está bastante liada, con mucho curro para las futuras ferias y proyectos que tiene en mente; es una artista extremadamente creativa. Decidimos hacer un encuentro por videollamada para que el trato fuese más personal, ya que Ela Fidalgo es una artista del tú a tú. Desde el comienzo demuestra su energía y confianza creando una atmósfera acogedora, como de una conversación entre conocidos que hace tiempo que no se ven. Nada más descolgar el teléfono, parece que nos conocemos de otra época, y al decirle que la llamada la realizamos desde Málaga, donde recientemente tuvo lugar su exposición en solitario Victus et amictus, le vienen a la mente con cariño sus días en la ciudad. La conversación nos lleva a hablar de esta revista, que ya había llamado su atención con anterioridad: “Entré en contacto con NUEBO a raíz de la entrevista a Fátima de Juan, que es amiga mía, y me quedé impresionada con el reportaje tan bonito que le hicisteis, la tipografía, la maquetación, todo súper cuidado”.

Durante la conversación, Ela se levanta varias veces para mostrarnos partes de su estudio y algunas de las cosas que se encuentran en él. Nos enseña el resultado de varios proyectos colaborativos y de algunas fotografías que ha realizado su pareja, quien se dedica a la fotografía artística y a diferentes proyectos sociales. Se llama Margarito dela Guetto, es un conocido y talentoso fotógrafo de la escena más underground de Mallorca y se encarga de la fotografía en muchos de los proyectos que tienen conjuntamente.

Primero hablamos de la parte más personal de su obra y de sus comienzos en el ámbito artístico, dejando a un lado las referencias a otros artistas y centrándonos en esa niña que empezó a sentir curiosidad por el mundo de la creación plástica. Su primera respuesta, tras unos segundos de reflexión, es categórica. “Mi referente máximo es mi abuela. Ella fue la que me introdujo el interés por lo textil, ya que era diseñadora de bordados de mantones de Manila y llegó a diseñar y bordar para las altas esferas en Latinoamérica. En el pueblo hacía los trajes regionales, yo la acompañaba al taller y ahí me quedaba fascinada con la magia que surgía de las manos de esas señoras”. Nos confiesa que realmente no tiene muy claro dónde está el principio de todo, ya que reconoce haber dibujado desde pequeña. “Tenía los márgenes de las libretas de matemáticas plagados de dibujos. De hecho, había una clase extraescolar de plástica en el colegio a la que siempre iba a la jornada de puertas abiertas porque mi madre me apuntaba a ballet, cuando yo lo que quería era dibujar. Hasta que un día la profesora me dijo que me apuntase, porque era como la cuarta o quinta vez que iba a esas puertas abiertas; más tarde, esa persona fue mi profesora”. Se acuerda de su infancia de una manera algo difusa, dice -esos mecanismos que tiene el cerebro para aislarse del bullying-, pero sí se sabe una niña feliz y risueña. Dando un salto y como si llevara rato queriendo quitarse la duda, pregunta entre titubeos si fue Urvanity quien decidió qué artista aparecería en este número de marzo. Respondo que no. En el proceso de decisión se barajaron varios artistas, entre los que se encontraba ella, y casi todos en el equipo nos decantamos por su trabajo. Ela, con profundo asombro y tono de ilusión, nos dice que se siente “súper halagada”. Y añade con risa nerviosa pero enérgica: “Soy muy afortunada de ser la elegida, es como si hubiera pasado el casting de OT”.

Esta será su tercera vez en Urvanity, la reputada feria de arte contemporáneo de Madrid. “En teoría no iba a participar, quería pegarme el año de producción sin interrupciones, pero es súper complicado, hay que estar ahí para generar ingresos”. Aprovechando esta introducción a sus deseos de separarse de distracciones para centrarse en la producción, hablamos sobre un comunicado que puso en su red social Instagram, donde declaraba sentir la necesidad de separarse de las distracciones que le provocan las redes sociales, las cuales son un foco de estrés y comparaciones que afectan severamente a nuestra generación, con esa pulsión por estar permanentemente “conectado”. Ela ve esto perjudicial para su trabajo, y tiene la necesidad de explorar y desarrollar su creatividad de una manera más profunda. Para esto ve necesario distanciarse y dejar esa dimensión digital en manos de una persona de confianza que le ayude a gestionar esta herramienta que puede resultar tan útil como perjudicial. Tras su reflexión, nos muestra dos cámaras compactas digitales de vídeo y fotografía con las que pretende documentar cada mes los acontecimientos y avances de su trabajo, para publicar después un resumen y conectar así con su público.

La decisión de alejarse de los focos la ha llevado a reconectar, asegura. “Me siento mucho más concentrada en este momento, con tiempo para leer y enfocarme. No tengo tanta ansiedad como antes, por ejemplo. Es cierto que cuando estás en redes sociales y eres alguien vinculado a la parte creativa o artística, inconscientemente, al ver todo lo que te muestran las redes, tiendes a contaminarte con los contenidos… y todos tendemos a compararnos. Después hablas con ellos y te dicen que no todo lo que brilla es oro, todo el mundo tiene momentos malos”, concluye. Su lógica pasa por analizar lo poco fiable que son estos medios, pero sobre todo el cómo el ser humano, de forma inconsciente, tiende a engrandecer sus propias imperfecciones, intensificadas por los escaparates sociales. “Cuando la relación con las redes se reduce a la comparación nos volvemos mucho más vulnerables ante la sociedad”, sentencia. Y añade: “Yo, como artista que intenta hablar de la identidad humana, de los problemas que tiene el ser humano con las redes sociales, la exposición social, ese narcisismo tan banal que proyectan, a veces me pregunto: ¿Cómo es posible que, dedicándome a esto y siendo la primera crítica, tenga una red social? Es bastante contradictorio”. Abraza y lucha contra sus contradicciones. Sabe que no puede cerrarse por completo, pero se ha quitado la app de Instagram de todos sus dispositivos. “Mi trabajo está en el taller generando mi obra, no en las redes sociales. Lo importante de mi obra es que sea sana y no esté intoxicada”, concluye. Y para eso es fundamental que no se intoxique ella.