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COSTA SOCIAL CLUB X FREV

COSTA SOCIAL CLUB X FREV

POR: Cayetana  Ariznavarreta 

Desde su apertura hace algo más de un lustro, Costa Social Club se ha convertido en referente de la night live en Madrid, el club más emblemático del cambio de paradigma musical y cultural postpandémico. Sí, Costa es la discoteca a la que, entre otros muchos, se escapan a bailar Rosalía, Ester Expósito o Rels B… Pero no solo eso. Tras la creación de Galerías Costa en Malasaña, ahora la marca vuelve a hacerle un guiño al mundo de la moda creando una colección cápsula de la mano de FREV. David Arroyo, cabeza pensante del proyecto y rayista de pro, explica el secreto de su éxito.

Desde el año 2017, las puertas de costa social Club, que se ha trasladado a la calle Santa Engracia 17 -muy cerca de la estación de Metro de Alonso Martínez en Madrid- a finales del año pasado desde su ubicación clásica en Joaquín Costa, están más que abiertas para todo el mundo. Bueno… para todos, para todos, no. Porque tal y como nos ha contado David Arroyo, propietario de la sala, el lema de Costa Social Club es: “Recomendamos que la gente cerrada de mente venga acompañada por un adulto”. Y es que, si por algo se caracteriza esta sala tan importante durante los años en los que lo urbano se extendió entre la juventud como el principal vehículo de expresión por su conexión con todo tipo de libertades y por su tolerancia con todo lo marginal, es por su público diverso y respetuoso. Una pieza del puzle del éxito del Costa en la noche madrileña, ya que siempre ha sido “un lugar subversivo y familiar donde poder venir a disfrutar de muchas tendencias culturales y de la fiesta en un ambiente seguro, desenfadado. Como una fiesta con colegas en una casa, pero a lo grande”.

“Costa Social Club surge ante una necesidad más bien social”, asegura David mientras recuerda los primeros días de la discoteca. En 2017/2018, cuando abre sus puertas en la calle Joaquín Costa, sí, había algunas fiestas del rollo, fundamentalmente una Cha Chá que pasó en poco tiempo de la clandestinidad a la mítica sala Cocó, archiconocida sede de Mondo Disko -lo que además supuso el contacto entre dos tribus urbanas que encontrarían en los años venideros muchos más puntos de conexión, los urbanos y los techno lovers-. “Pero esa subcultura que se estaba cocinando a nivel generacional no tenía un place to be, como club, y en el que fuese el día que fuese pudiese encontrarse en su ambiente”.  Costa se convirtió en ese lugar. Su localización, cerca de un gran distribuidor de Cercanías como Nuevos Ministerios, lo definió además como un espacio democratizante, que acogía tanto a gente del centro de Madrid como a la de los distintos extrarradios, donde son mucho más naturales las tendencias y estéticas urbanas.

Desde entonces ha albergado todo tipo de fiestas, algunas de ellas con conceptos novedosos, arriesgados y divertidos, como Tortilla, una cita vespertina de techno melódico, deep house y otros géneros de electrónica más soft en la que se sirven pinchos de tortilla. O abriéndose con visión de futuro a toda la nueva ola de afropop, afrobeats y ritmos tropicales con vocación global. Si David tuviera que quedarse con un momento en la historia de Costa Social Club, de hecho, lo tiene más o menos claro: “Que Mr Eazi, un artista nigeriano que tiene canciones con Beyoncé, Bad Bunny o J Balvin, quisiese venir a cantar a un club de trescientas personas por la visibilidad que estábamos dando a su género en Madrid fue una sorpresa importante”.

Obviamente la música es, quizás, la pieza central de su éxito, o al menos una de las más importantes. “Aunamos muchos géneros musicales, como el hip hop, el R&B, el afro, el reguetón, el flamenco… y buscamos siempre que sea muy divertido, porque esto no deja de ser una fiesta. También hacemos una mezcla entre hits que han marcado a generaciones enteras frente a artistas emergentes que consideramos que tienen mucho talento”. Siempre desde la humildad han querido funcionar no solo como espacio, también como altavoz para así poder descubrirle al público nuevas tendencias, pero también para impulsar nuevos géneros y para dar cabida a nuevas tribus, nuevas comunidades. Algo con lo que en NUEBO nos sentimos muy identificados.

Hoy, desde la nueva ubicación del club en Santa Engracia, David echa la vista atrás y valora sobre todo esa apuesta por dotar de una personalidad fuerte al espacio, con la que los asistentes puedan identificarse, a través de una programación cuidada y cohesiva dentro de su diversidad, pero también del trato hacia el público. “Para mí, el éxito es haber creado una comunidad en la que hay un trato familiar, y una sala donde nadie va a mirarte ni a juzgarte. En Costa puedes ser tú mismo, tú misma, y puedes sentirte cómode tanto si eres un rostro conocido como si no. Y eso, más ahora que hay toda esta sobrexposición en las redes sociales, te hace volver. Pase lo que pase o cómo te diviertas en Costa se va a quedar en Costa”, afirma convencido. Lo que pasa en Las Vegas, ya se sabe, se queda en Las Vegas. Quizá por eso varios invitados de La Resistencia han dicho que Costa es su club favorito, y quizá por eso gente de otros países que había oído hablar del club han ido directos para vivir las vibes de la fiesta en su propia piel en cuanto han pasado por Madrid.

El nuevo reto es lanzar su propia colección de ropa. “Queríamos hacer algo de merchan más especial que nuestro propio público nos estaba reclamando, y no podía ser con otra gente que con nuestra familia de Frev”. No es su primera incursión en el mundo del streetwear, pues llevan colaborando con ellos varios años y además en su momento Costa se convirtió en el primer club de España en tener un patrocinio con una marca de ropa deportiva, Kappa. “Costa siempre ha estado muy ligado a la moda”, recuerda David. “Hemos albergado desfiles en la sala, afterparties de algunas marcas de la Fashion Week, etc. Pero nunca habíamos hecho nada propio, por lo que creo que era una cuestión de tiempo. Llamé a Frev, les comenté un poco la idea y nos pusimos a ello”.

La colección se compone de dos camisetas, una gorra y otros complementos como sellos y abanicos -¡los necesitarás para sofocar los calores porque en Costa no se para de bailar en toda la noche!-, disponibles en la web y en la sala desde el día siguiente a la publicación de esta revista. O sea que si lo estás leyendo es que ya puedes hacerte con todos, como buen entrenador Pokémon. “Teníamos claro que queríamos una prenda más básica que sirviese para cualquier ocasión y luego otra más ‘moda’ que representase un poco lo que es Costa, a parte de unos complementos que no fuesen los típicos, más tratándose de un club. A raíz de eso le di un par de tips a Alex de Frev -que es el creativo de la tienda de la Corredera Alta de San Pablo 4 de Madrid, en pleno barrio de Malasaña- y su inspiración fue lo que para él era el propio club y la fiesta”. Eso y la idea de fidelizar ese sentimiento de pertenencia que tiene mucha gente con el club. “Por eso solo hay 50 unidades de cada prenda/complemento del drop. Buscábamos que toda esa gente más fiel, que tiene ese arraigo con la sala, ese sentimiento de pertenencia, pudiera hacerse con algo especial”, cuenta David.

Costa Social Club tiene ya una larga historia vinculando la música, la cultura y la moda, pero sin duda alguna esta colección va a marcar un antes y un después en su trayectoria. ¡No te quedes sin formar parte de la historia (y de la fiesta)! Porque, como le gusta decir a David, “la vida es muy corta como para ir a fiestas aburridas”.

 

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