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ENTREVISTA | ANADIE

ENTREVISTA | ANADIE

Por: Anna Pérez | Foto: Jorge Acanto

ANADIE es transparente, introspectiva y visceral, pero también chula, valiente y perseverante. Ana García (Málaga, 1997) aúna cualidades de rapera, pero también de compositora, productora y cantante. Como si de un espejo de mil caras se tratase, hablamos con ella para descubrir cuáles son esos ‘Efectos secundarios de ser un ángel’.

No soy una persona espiritual, pero algo auguro cuando me cito con Ana en la cafetería de la calle del Buen Suceso. ANADIE está en Madrid de forma breve, una ciudad antes oscura para ella -como narra en En la capital- pero que, poco a poco, toma brillantes significados. Hablamos de Efectos secundarios de ser un ángel. “Para el proyecto he hecho acopio de todo mi bagaje, de todos mis años en esto, una afluencia entre lo urbano y lo pop”. Flamenco, electrónica, pop, rap, guitarras más rockeras o baladas íntimas se infusionan a la perfección a lo largo de sus once temas. Como dice, no es nueva en la escena. Lleva años trabajando con disciplina desde su refugio malagueño para conseguir el lugar que se merece, a menudo lidiando en ambientes cargados de energía masculina. “Siempre me he negado a gritar o a levantar la voz”, dice con voz quieta. «Yo quería entrar en una estancia y encontrarme con el respeto que me merezco por mi mera presencia, y creo que lo estoy consiguiendo”.

Su talento brilla en el micro, pero también detrás de él cuando firma producciones de temas para Foyone o Moneo. Y aunque empezó su proyecto completamente sola, al final este disco no hubiera sido posible sin la sinergia con los beats de Kfé. “Yo era una neurótica de la perfección y él concebía la música más como un espíritu libre, y poco a poco llegamos a un punto medio. Creo que nos complementamos bien porque él tiene esa frescura, esas ganas de comerse el mundo de alguien que acaba de llegar, pero a la vez me transmite paz y me ayuda a mantener los pies en la tierra. Creo que de las mejores decisiones que he tomado,  ya no solo en lo profesional sino en lo vital, es trabajar con Manu”.

Se nota en la conversación con Ana la importancia de las personas a las que quiere en su vida, y, por ende, en su proyecto. “Al final la música es una respuesta a tu avatar viviente, así que era inevitable. Fui gestionando las vivencias que me habían atravesado y a la vez haciendo las canciones del álbum, y se hiló solo”. La artista reconoce el proceso creativo como un trayecto terapéutico, y conforme hablamos se hace palpable la gran implicación emocional que le ha comportado Efectos secundarios de ser un ángel. Se intuye porque es cristalina. Tal vez no explícita, pero sí transparente en demostrar un proceso vital tortuoso. “Hay una amiga mía que tiene una frase que me encanta: ‘Soy un cofre sin candado y ahí nadie guarda secreto’. Creo que soy transparente y también creo que mucha gente en mi vida no ha sabido verme a mí, sino que se han visto a través de mí. Han visto una proyección de ellos mismos, como un espejo en el que están viendo en lo que me han convertido…”. Esta idea se refleja en la concepción de Hecha de espejos, la increíble canción que abre el álbum y que de alguna manera marca todo su camino.

Quizá todos los temas tengan el mismo nombre y apellido, pero ANADIE va mucho más allá de un simple álbum que gira alrededor de la idea de una relación tóxica. Durante el recorrido, entre rapeos, guitarras o coros, con sensibilidad y mucho flow, se repiten palabras como “guapa” o alusiones a lo bello. “Me he dado cuenta de que durante todo el disco yo sublimo la belleza de otra persona y me hago pequeña frente a eso… Me lo ando tratando este fetiche con la belleza”. Se desnuda en sus canciones, enseña las tripas, muestra lo crudo, lo feo y lo visceral como un ejercicio frente a lo bello. “Cuando se acerca alguien y me dice que ha llorado con mis letras, pienso: ‘Realmente no había nada malo en mí, en mis tripas’. Ha habido mucho ruido en mi cabeza y en mi vida durante los últimos años y este periodo está siendo dulce y en paz”. De ahí la redención de un ángel caído que sirve para conceptualizar el disco. A través de penurias y adquiriendo conocimientos, por el camino llega a su propósito más elevado. La simbología está cuidada al más mínimo detalle, también en la parte estética, a cargo de Jorge Acanto.

Ángeles, cielos, lágrimas… La tradición cristiana no es tan solo un recurso estilístico, es una pieza fundamental en ANADIE y en Ana. “Yo he sido una persona extremadamente religiosa”, confiesa. “Mi relación con la religión ha sido un proceso bonito durante una parte de mi vida, pero también muy doloroso. Perder la fe es algo de lo que una nunca se recupera, vivir tantísimos años de tu vida teniendo una red de seguridad tan fuerte y después perderla es como que toda tu identidad se convierte en una mentira. Y entonces pensé: ‘Si mi identidad no existe y es un folio en blanco, entonces no soy nada, no soy nadie… soy ANADIE’. Poco a poco empezó a ver la parte más luminosa de todo aquello. “Hoy en día no me considero una persona de fe ni de religión, pero sí alguien muy espiritual, y muchas veces he necesitado creerme ese ángel caído que viene a salvarme con mis otros ángeles: mi familia y mis amigos”. Anita yo te invito es una rabiosa y dulce canción en honor a esos ángeles, a aquellos que le han acompañado en su redención. “Aunque Dios no existe, tengo a mis amigos”. Yo tampoco creo en Dios, pero -sin miedo a blasfemar- creo que el milagro ha acontecido con Efectos secundarios de ser un ángel.

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