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ENTREVISTA | ALEJO

ENTREVISTA | ALEJO

Por: Diego Rubio

 

El artista puertorriqueño, con solo 20 años, anticipa su madurez en un segundo trabajo oscuro, sólido, tórrido y engrasado que rinde homenaje a las fiestas de marquesina y se abandona a la épica bombástica de Kany West y sus herederos espirituales. Al azul oscuro casi negro. ‘En esta nos fuimos lejos’ marca un nuevo paso en la carrera de alejo, enredando en una misma pista electrónica y perreo. Su ‘yhlqmdlg’ particular. Hasta el suelo.

Hoy hay fiesta: son las 12 de la mañana en Puerto Rico y esta misma tarde ve la luz En esta nos fuimos lejos, el segundo álbum propiamente dicho de Alejo. Hay revuelo a su alrededor, y mucha expectación. Emoción por parte del equipo; se cuela jaleo por el altavoz del móvil. Es 16 de mayo. Pero Alejo ya está pensando en lo que le deparará el futuro. Esa necesidad indomable de querer ir hacia delante es, en el fondo, lo que ha dado sentido a su nuevo trabajo, lo que ha permitido que existiera. “Yo ya tenía claro que quería hacer este disco en algún momento”, explica risueño, lleno de energía, al otro lado de la pantalla. “Pero no que lo fuera a hacer ahora”. Es, en cierta manera, un disco de madurez, un disco de consolidación, que esperaríamos de un artista en un momento más avanzado de su carrera y de su vida. Pero para esta generación las páginas pasan más rápidas que nunca. Rubén Alejandro, con solo 20 años, siente que tiene mucho que demostrar.

“Con el disco pasado yo le di a la gente lo que a mí me gusta hacer, tenía ese color superromántico, todo bien sentimental, de amores y desamores. Pero este lo veo como un statement de qué soy capaz de hacer”, reconoce. El favorito de las nenas, lanzado el año pasado, estaba efectivamente más pegado al reguetón romántico, y representa para él su paso por el instituto, una época de prueba y descubrimiento, pero también de disfrute desenfadado. En esta nos fuimos lejos es más maduro, más concreto, está más unificado y va más allá. “Siento que hay una evolución en la música, en la producción… me he encerrado con Huertas y Baez, que son como mis productores fijos, in house, y también con Okelo, que es un productor de Puerto Rico que está empezando, pero lo conozco desde hace muchísimo tiempo y es muy, muy bueno. Luego también con Yung Cado, que es quien hizo la pista de Pantysito -su colaboración con Feid y Robi-. Han participado muchos productores para darle la vuelta que queríamos, y siento que las pistas de este disco están muy duras. Más que las del disco anterior, y te lo digo con total sinceridad. Falta que la gente me dé el birrete, porque son ellos los que mandan”.

La presión se da por descontada, claro, pero dice llevarlo bien. “En parte tienes esa cosa de cumplir con los fanáticos y darles lo que quieren, porque el último disco gustó mucho y hay que seguir ahí, dando el 200%. Pero estoy muy seguro de todo lo que todos hemos dado para este proyecto. A lo mejor con el disco pasado sí que tenía más miedo de no dar con la tecla o cualquier cosa, porque no tenía el fanbase que tengo ahora y era mi primer proyecto serio, pero para este disco no he tenido tanto miedo. Siento que le estoy dando un color nuevo a mi sonido y que la música, al final del día, va sobre esto, sobre evolucionar y seguir creciendo, abriéndose. Y si a la gente no le gusta lo respeto: yo estoy satisfecho con lo que hemos hecho, sé que dimos un discazo y estoy súper mega proud: es la primera vez que traigo ritmos y sonidos que yo no había hecho nunca”, afirma lleno de seguridad. Le gusta pensar en En esta nos fuimos lejos como su graduación particular: su Collage Dropout no ha necesitado el epílogo de un Late Registration, ha llegado directamente hasta Graduation. Para esta generación las etapas se queman cada vez entre más llamas.

Obviamente Kanye West ha sido una influencia fundamental a la hora de afrontar esta nueva andadura. Y no solo él: toda su herencia en el rap de los últimos 25 años. “Este disco siempre estuvo claro en mi cabeza porque ‘en esta nos fuimos lejos’ es uno de mis eslóganes, y siempre ha estado pensado como un disco muy oscuro. Esa siempre fue la idea. Tirando mucho hacia el rap de estadios americano, ese rollo Kanye West y Travis Scott… también escuché mucho a Kendrick Lamar. Me fui en ese viaje y a lo mejor se refleja en el disco, pero es que eso era lo que quería ejecutar”. La cosa es que después de sacar El favorito de las nenas, más o menos en octubre del año pasado, se metió en el estudio y le salieron tres temas que eran del color que él quería para ese disco. “Así que dije: ‘vamos a ponernos pa’ esto’. Si la música que yo quería para este álbum está saliendo ahora naturalmente, pues olvídate. Y rompemos”.

Ese color, ese azul y negro que entrelaza el baile, los subgraves y los ritmos frenéticos, que para Alejo “ es algo muy cool que siento que, al menos en la música latina, no lo está haciendo mucha gente”, es el mismo que tiñe los cielos de Ye. El mismo del que huye el Bad Bunny de YHLQMDLG; el mismo en el que se sumerge Cruz Cafuné en Me muevo con dios, al que hace referencia en una de sus nuevas canciones. Todos están en su centradísimo moodboard: “Siempre que me pongo a hacer un disco trato de escuchar mucha música, hago mi research… y de todo, además, no solo música urbana. Escucho mucho Maná, Enanitos Verdes… Me gustó mucho el Me muevo con dios cuando salió, y en el transcurso de grabar este disco lo poníamos mucho entre corillos, así que al final me salió solo tirarle la mención. Y sé que a los fanáticos de allá de España les va a gustar”.

Nuestro país es, de hecho, muy especial para él. “Estoy muy pendiente de todo lo que suena en España porque es una plaza que es muy importante para mí y que me ha apoyado un montón desde el principio. Me encanta lo que está pasando allá, hay un montón de artistas, tanto de una nueva generación muy dura como otros ya consolidados: me gustan mucho Omar Montes, Rels B, Cruzzi… Siento que Quevedo está haciendo muchas cosas durísimas para representar a España, por ejemplo, o Saiko”. Después de presentar En esta nos fuimos lejos en una listening party en Madrid, durante este verano se embarcará en una extensa gira de festivales con 15 paradas en nuestro país.

Pero nada como Puerto Rico, como buen puertorriqueño. Y es que su último trabajo es, por encima de todo, un homenaje a las fiestas de marquesina y al perreo viejito, por parte de un chaval que ya es más joven que el reguetón. “La música de este disco está bien PR, me puse mucho a estudiar el género y a descubrir artistas de la vieja escuela como Jowell & Randy. Me encanta el reguetón: no lo escucho desde pequeñito, pero que desde que empecé a escucharlo lo he tenido muy relacionado con hacer música”, confiesa. Al final ha sido su inspiración principal a nivel creativo, su motor. “Al reguetón le queda un montón por crecer todavía, so si yo puedo aportar mi granito de arena ahí pues es todo un honor”.

El otro gran motor ha sido Cosmo, su gato, que da nombre a la canción que abre el álbum y que sirve un poco como emblema. En la portada del disco lleva, de hecho, a los dos bien presentes: “Me gusta mucho hacer símbolos para cada proyecto porque creo que te ayuda a marcar mucho esa etapa: en el último disco fue lo de teñirme el pelo; en este es el color azul, la bandita de Puerto Rico y, claro, el colgante con la silueta de Cosmo”. El gato también encaja en cómo lo han trabajado, en sesiones maratonianas de catorce horas, trasnochando y sin dormir. En apenas seis meses lo terminaron. El track 11, por un fallo de featuring, no estaba listo cuando hablamos. Pero una semana para Alejo son meses en el tiempo de un humano normal.

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