A pesar de eso, la trama de la serie está ambientada en Nueva York. Respecto a esta elección, Miguel Esteban comenta: “Nos resultaba divertido ambientar la historia en un lugar en el que no hemos vivido, incluyendo errores que el espectador puede apreciar fácilmente, incluso sin ser de allí. Es una forma de darle la vuelta a algo que ha pasado toda la vida, cuando las películas de Hollywood han mostrado una España que no conocemos”. Y aunque el guion se aleje de ese humor de los 2000 y los 2010 que recaía en el acento manchego, sí que contaremos con un Satanás canario.