Seleccionar página

ENTREVISTA: ELENA MARTÍN y CREATURA

ENTREVISTA: ELENA MARTÍN y CREATURA

Por: Fernando Bernal

Entregarse en cuerpo y alma a un personaje. A una idea que derriba tabús, reflexiona sobre el sexo y lo filma desde la perspectiva femenina. Esto es lo que propone rotundamente esta cineasta y actriz en su segunda película, ‘Creatura’. Y lo hace con valentía, delante y detrás de la cámara.

Elena Martín Gimeno (Barcelona, 1992) se encontró la historia de su segundo filme “un poco por el camino”. De hecho, un par de meses antes de cruzarse con la idea, llegó a decir: “Igual no vuelvo a hacer una peli”. Venía de la promo de Júlia ist (2017) –un ejercicio autobiográfico sobre su propia experiencia como estudiante Erasmus en Berlín, una producción que pese a su pequeño tamaño tuvo mucho recorrido– y en ese momento alucinaba con la capacidad de la gente para tener ideas. “Pensaba: ‘Si no tengo nada que decir, sin una idea que me enamore, no voy a volver a hacer otra peli’. Puedo ser directora, hacer encargos, dirigir capítulos de series. Y también ser actriz. Pero sucedió que en ese momento supongo que me relajé. Estaba haciendo performances con unas amigas, con un grupo que se llama Pussy Picnic. Un grupo mixto en el que tuvimos la necesidad de ver qué pasaba si estábamos solo nosotras. Empezamos a investigar un poco a puerta cerrada. No teníamos la voluntad de enseñar lo que hacíamos, era un proceso de investigación creativa. Trabajamos sobre el cuerpo y, a raíz de hacer ejercicios muy físicos, compartimos experiencias y salieron temas como la sexualidad infantil o las primeras veces en la adolescencia. Éramos un grupo de amigas, teníamos confianza y nos dimos cuenta de que abrimos temas que no habíamos comentado en voz alta. Todo eso fue muy terapéutico. En paralelo yo me quedé con el tema de la educación sexual. Mi terapeuta, que luego ayudó mucho en el guion y el rodaje, me empezó a recomendar lecturas como Infancia, la edad sagrada, de Evania Reichert. Lo más normal es que el despertar sexual infantil sea castrado. Ahora hay más consciencia, pero en nuestra generación, tanto si las familias eran de izquierdas o de derechas, existía un tabú muy heavy. Eso tiene unas consecuencias clave en la sexualidad adulta, y también en el cuerpo femenino y masculino”.

En ese momento Elena tomó conciencia de que quería hacer una ficción. Deseaba que fuera una película que interpelara directamente al espectador, que abriera debates. Buscaba algo ambicioso, pero que realmente resultara revelador para ella. Ahí entró Clara Roquet –directora de Libertad (2021), premio a la mejor dirección novel en los Goya– como coguionista para dar forma a la historia de Mila, a la que interpreta la propia Elena Martín Gimeno. Una mujer que se traslada a vivir a la casa familiar donde solía pasar los veranos en la Costa Brava junto a su pareja (Oriol Pla). Ese cambio, y la falta de deseo sexual, sirve a la directora para indagar en dos etapas vitales de la protagonista, infancia y adolescencia, partiendo de su madurez. Una narración estructurada en flashbacks, que reflexiona sobre los tabús alrededor del sexo, la forma de explorar los cuerpos y la libertad para disfrutar de la atracción física. “Para mí era muy importante que la película hiciera el ejercicio de recordar esas cosas de las que en el momento nos sentimos culpables. ¿Cuánta gente recuerda su primera masturbación como algo asqueroso de lo que se avergonzó? Piensas: ‘Hay algo en mí’. Yo creía que era bonito regresar ahí y poder ver todos esos momentos desde una perspectiva que no fuera naif. Porque, evidentemente, vivimos en un mundo con una estructura patriarcal, y la violencia está a la orden del día. Pero sin infantilizar el contexto, quería poner luz para sanar la culpa. En la película intentamos hacer eso, estar al filo sin entrar en algo morboso y efectista. Pero tampoco algo muy luminoso, porque eso podía dar a entender que en el mundo no pasan esas cosas. Jugamos en esa fina línea. Nos ayudó mucho tener esa nostalgia de la época, tanto de los noventas como del arranque de milenio. Esos vestuarios, esas canciones, los espacios o el vocabulario nos ayudaron a entrar en situaciones complejas y dolorosas desde un lugar tierno”.

Un año antes de que Clara Roquet se implicara en el proyecto, Elena empezó a escribir diálogos. Es su forma de trabajar. No tenía arco dramático, solo algún recuerdo de adolescencia, algo de Pussy Picnic y también del libro que le había recomendado su terapeuta. Pero ya había empezado a hablar con otras personas sobre el tema. “La gente tiene la necesidad de contar estas cosas que, normalmente, no se comparten”. Le mandó a Clara un compendio de escenas y, con ese material, comenzaron a hacer entrevistas hasta formar una cadena en la que todo el mundo estaba muy abierto a hablar. Lo fueron haciendo durante los cuatro años que duró la escritura del guion. “Normalmente, la dificultad para hablar surge porque cada uno pone sus miedos en juego. Por eso me pesaba tanto hacer esta peli, porque las relaciones sexo-afectivas despiertan algo esencial. Cuando en las relaciones de pareja hay una discusión es muy descarnada, porque ponemos todo encima de la mesa. Nos sentimos tan vulnerables en ese espacio que abrimos puertas y cajas de Pandora de temas muy delicados. Y si los miedos de una pareja se alimentan el uno al otro, el diálogo es extremadamente difícil. Se habla de cosas muy terapéuticas, sin ser ninguno de los dos expertos en el tema. Es distinto al hablar con alguien que no se juega nada. Cada uno cuenta lo suyo, lo comparte y se pone a debatir”.

Por este motivo Elena se puso delante de la cámara, en un momento en que todavía no tenía muy claro que fuera a protagonizar la historia. Dudó desde el principio, porque no quería entrar en el terreno de la autoficción. “Teníamos la ambición de generar un relato universal, y poner mi cara ahí me limitaba”. Proyectaba otros rostros. “Actrices que nunca iban a protagonizar la película. De repente me servía la energía de Kristen Stewart, con la intención de posponer esa decisión y de que no condicionara el guion. Ya en Júlia ist me pasó lo mismo, hay escenas que no hubiera escrito por miedo si hubiera sabido que las iba a interpretar. O las hubiera adaptado a lo que a mí se me da mejor. Un año antes de rodar, cuando recibimos la financiación, había que decidir y tanto Clara como las productoras me animaron. Es una película muy física, que te obliga a meterte dentro del personaje. Es ponerte en la piel de un personaje en un momento muy delicado, que decide experimentar y lo hace”. El resultado de todo ello es Creatura, que se presentó en el Festival de Cannes, donde recibió el premio a la mejor película europea en la Quincena de Realizadores, uno de los espacios más estimulantes del certamen francés.

Naturalizar el cuerpo desnudo

“Voy a poner mi cuerpo y a ver qué pasa”. Este fue el pensamiento que tuvo la cineasta antes de comenzar a interpretar a Mila, cuando por fin tuvo claro que iba ella iba a ser el personaje adulto de su filme, una mujer de unos treinta años en plena crisis sexual que ve cómo su estado le pasa factura física y mental. En el rodaje se creó un ambiente que la cineasta califica como “muy bonito”. “Había momentos en los que estaba desnuda y al final yo prefería quedarme así en el rodaje. No taparme entre toma y toma. Se llegó a normalizar de tal manera que un día pasaba el camión de eléctricos y le oí decir a uno: ‘Yo es que veo a Elena desnuda y ya no siento nada (risas)’. Es interesante cuando esto sucede, que no suele ser muy a menudo, naturalizar el cuerpo femenino desnudo, que no esté sexualizado”. Sin embargo, Elena se siente más libre cuando hay alguien que la dirige. “Me pasa justo lo contrario de los que algunos temen: como yo dirijo mis propias películas, cuando actúo para los demás tengo cero interés en controlar”. Lo hace todo desde el punto de vista del juego, de ponerse al servicio de la idea de otra persona, y eso le resulta mucho menos agotador. “Al revés, me resulta tan liberador… Estar ahí, ser generosa, poner los cinco sentidos, escuchar lo que me piden y hacerlo lo mejor posible. Al mismo tiempo me libero del peso de la decisión, no tengo que estar controlando. En esos momentos soy muy feliz (risas). Es un estado ideal. Cuando me dirijo me exige entrar y salir, meterme en la escena y dejarme ir. Pero cuando acaba una toma, tengo que salir y ponerme en un sitio más racional y analítico para ver si está funcionando. No me puedo dejar llevar por sensaciones impulsivas”.

¿Dónde has vito (o no) a Elena?

Las amigas de Ágata / Laia Alabart, Alba Cros, L. Rius, M. Verheyen (2015)

Elena interpreta al personaje al que hace referencia el título. Su visibilidad abrió camino a una nueva generación de cineastas que trabajan a propósito de su intimidad, donde ya figuraba Elena Trapé (Blog, 2010) y pronto se rebelarían Carla Simón (Verano 1993, 2017), Clara Roquet o la propia Elena Martín Gimeno.

Júlia ist / Elena Martín(2017)

Dos años después de su debut como intérprete llegó su ópera prima como cineasta, de la que también era protagonista. La historia de una estudiante universitaria que busca su espacio durante una estancia en Berlín. Júlia ist reveló a una directora con personalidad para no habitar lugares comunes y devolver una mirada novedosa sobre la autoficción.

Vida perfecta / Leticia Dolera (2019)

La Veneno / Los Javis  (2020)

Dos de sus (exitosas) experiencias en televisión hasta el momento, a las que hay que sumar su participación como actriz en el trabajo colectivo En casa (2020). En la serie creada por Dolera -ácida comedia sentimental- ejercía como directora de dos capítulos, mientras que en el biopic firmado por Los Javis participó como guionista y aparecía como actriz.

Suc de Síndria / Irene Moray (2019)

Unicornios / Àlex Lora (2023)

Antes de filmar junto a Irene Moray el video del tema Perra (2021) de Rigoberta Bandini, apareció como protagonista del corto Suc de Síndria (2019), que recibió el premio Goya. Después vendrían trabajos como actriz en Nosotros no nos mataremos con pistolas (2022), de María Ripoll, y la reciente Unicornios (2023).

Sobre el Autor

NUEBO RADIO

NUEBO EVENTOS

Share This