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EL GRANDETOTO: REPORTAJE Y GIRA POR ESPAÑA

EL GRANDETOTO: REPORTAJE Y GIRA POR ESPAÑA

Por: Diego Rubio

El rapero más grande del norte de África regresa a nuestro país en su gira más ambiciosa hasta la fecha, afianzado ya su estatus de estrella en francia y en busca de una definitiva conquista internacional. El 7 de febrero estará presentando su nuevo álbum, ’27’ en la sala de APOLO de Barcelona, y un día más tarde, el jueves 8, en la sala WIZINK CENTER en Madrid.

Para hablar de ElGrandeToto, es necesario empezar por el principio: por entender el impacto del rap árabe, concretamente marroquí -más genéricamente del Norte de África-, en un imaginario relativamente internacional. Hoy África es una incipiente potencia musical gracias a la explosión global de los afrobeats, pero sin embargo esos son sonidos que se limitan casi exclusivamente a Nigeria y Ghana y que quedan muy, muy lejos de las músicas del Magreb. Tampoco hay que ser un genio: EEUU, sus aliados y el fantasma del terrorismo islámico han conseguido que, durante los últimos 25 años, quizá el pueblo que más racismo ha sufrido del mundo haya sido el árabe. Por eso hoy, en 2024, un artista como ElGrandeToto, con una posición muy semejante a la que pudieron tener J Balvin o Burna Boy en el momento previo a su salto global, y con estrellas internacionales del calibre de Karim Benzema poniéndole en el foco, busca aumentar su impacto musical y mediático más allá de Marruecos, su país de origen, o incluso del mercado francófono. Con la diáspora MENA -Middle Eastern-North Africa, no me maten tan rápido- consolidándose como una de las más sólidas y numerosas en Europa, con una generación de artistas ya criada en muchos de sus países -Niro o Nahir en Francia; Ghali, Baby Gang o Rondodasosa en Italia, Nimo en Alemania, Boef en Bélgica, Morad y Beny Jr en España-, seguimos viendo como muchas de esas escenas se limitan prácticamente a un ghetto. Tenemos el ejemplo de lo que ocurre en nuestro país: lo que hacen Morad y Beny Jr tiene un código postal muy concreto, el barrio de La Florida en el Hospitalet de Llobregat. Como si fuera imposible dejar de relacionar el rap magrebí con la marginalidad. “Uno de los problemas que más me encuentro es a la hora de consiguir visados”, reconocía el Morad cuando fue entrevistado al hilo de su videoactuación en el canal germano con vocación global COLORS.

Marruecos, en cualquier caso, ha sabido aprovecharse de la perfidia occidental, y el breakthrough de ElGrandeToto, ya consolidado como el artista más grande de la región, no se entendería sin aquel momento en el que, desde Francia, se decidió situar allí el spotlight: ¿os acordáis de cuándo PNL se convirtieron en estrellas internacionales y llegaron a colaborar de la mano de Drake? ¿O de la irrupción de The Blaze y esos videopclips romaingavrasianos para Virile y Territory que revisaban la masculinidad en la comunidad argelina? El capitalismo, cómo no, acudió a la llamada: en 2017, el rapero británico Skepta lanzó su marca de ropa con una campaña que imitaba la estética marroquí y que se apoyaba en un artbook de Dexter Navy, inspirándose con demasiada exactitud en el trabajo que, durante aquellos años, venía realizando el fotógrafo Ilyes Griyeb. Incluso llegó a utilizar directamente un par de fotos suyas poniéndoles un filtro y metiendo zoom. El caso propició un debate sobre apropiación cultural -algo muy de aquellos años no tan lejanos-, pero una nueva generación de artistas marroquíes aprovechó la exposición, y así comenzaron a surgir colectivos como NAAR, que se preocuparon por proteger su escena cultural. Una nueva generación de artistas urbanos estaba lista para emerger, y con el suelo bien plantado llegó ElGrandeToto.

De nombre real Taha Fahssi (Guelmim, 1997) y formado en la danza urbana, es uno de los primeros artistas marroquíes en firmar con RCA y Sony Francia, ha ganado premios en EEUU, aparecido en la revista Forbes, y se ha consolidado como el artista de su región más escuchado -de largo- en Spotify. Ha publicado tres largos hasta la fecha –llicit (2018), Caméléon (2021) y 27 (2023)-, es fan de Cher y le persiguen legiones -solo en Instagram cuenta con 3,4 millones de seguidores-. Y siempre ha sido consciente de que, pese a todo, para alcanzar la trascendencia necesitaba triunfar en Francia. “En Marruecos no hay certificaciones, por ejemplo. Puedo tener 200 millones de visitas en un tema -su participación en el remix de Love nuantiti, del nigeriano CKay, ídolo de la nueva generación afrobeats- pero no ser disco de platino. Por eso siempre he querido triunfar en Francia, es una especie de sueño infantil”, explica en A Rap & A Cup of Tea. Y lo que ha conseguido, más allá, es abrir internacionalmente un camino que otros le mostraron antes a nivel local. Una cadena de solidaridad artística que sigue reproduciéndose.

En su último álbum, 27, afianza una presencia en el mercado afrobeats que ya inició con CKay o con Arya Starr de la mano de Oxlade. Pero además se reparte entre estrellas de esa diáspora MENA de la que hemos hablado antes: con el belga Hamza -le hemos visto compartir estudio con Aya Nakamura, Christine and the Queens, Offset o Headie One-, el italiano Rondodasosa o con Morad y Beny Jr, con los que ya mantiene una relación creativa sólida. Desde su desembarco en Francia, afianzando un entorno que le sitúe a menos de un paso de los grandes productores urbanos del mercado anglo, está listo para hacer su verdadero órdago internacional. El 7 y 8 de febrero regresa a nuestro país en la que es su primera gran gira mundial. Nunca había pisado plazas tan grandes aquí: la Apolo de Barcelona y La Sala del WiZink en Madrid. Estás avisado.

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