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CAMILA CABELLO

Por: Anna Pérez

Tras siete años en solitario y tres discos apuntalados de hits pero complicados para intentar trazar una línea con cierto sentido en su carrera, parece que Camila Cabello está empezando a encontrarse. Su cuarto álbum, ‘C,XOXO’, es un experimento que infusiona pop saturado, electrónica y ritmos urbanos de la mano de colaboradores radicales como Playboi Carti o su amigo Lil Nas x y un productor como El Guincho -orgullo nacional-, mostrando a una Camila creativa más allá de sus propios límites.

 

Tras renunciar a Fifth Harmony, el primer single de Camila Cabello no fue Crying in the Club, fue Love Incredible. La canción, perteneciente al mítico álbum del productor Cashmere Cat 9 (2017), fue coproducida por la siempre brillante SOPHIE y el omnipresente Benny Blanco. En ella, la artis- ta entona una balada romántica al son de una mezcolanza de influencias del R&B y pop sobre una producción electrónica propia de su tiempo. Siete años después, y aunque muchos no quieran verlo, ese primer tema nos puede servir para unir los puntos de su recorrido hasta su nuevo álbum C,XOXO. El círculo siempre se cierra.

Camila Cabello se marchó de un girl group en su ocaso para labrarse un camino propio como popstar. En estos años la cantante ha explorado el estilo coqueteando en ocasiones con sonidos dispares, desde las influencias del rap al EDM o el R&B o el mundo latino -‘latino’ como concepto general, a lo Jennifer Lopez; siempre ha sido di- fícil abrazar plenamente la latinidad en un país que todo lo exige debidamente yanquificado-, . Dando tumbos, la cantante parecía enfrascada en una búsqueda de su sonido dentro del tipo de pop que encaja en la radio y en los programas de versiones.

Su primer álbum, Camila, fue bien recibido por su frescura y vulnerabilidad. Romance continuó explorando temas personales pero con una recepción ambigua. Y a pesar de que su tercer álbum, Familia, parecía ofrecer un acercamiento a sus raíces y por ende a su voz más personal, y aun con hits tan destacados como Don’t Go Yet, nos quedábamos con la sensación de que aún quedaba Camila por explorar. Por eso es interesante este nuevo ejercicio de la cubano-estadounidense, que confiesa haber rebuscado en sí misma para intentar dar con la tecla correcta. Así lo contaba en Call Her Daddy el pasado mes de marzo. Para ella, el álbum es “sentarme en la incomodidad de las cosas y darme cuenta de que no va a haber una respuesta clara y ordenada”. Y añade: “Me siento fuerte en algunos aspectos, débil en otros, y no hay una camino claro. Pero el proceso del álbum ha sido un gran viaje que comenzó con mi intención de volver a cómo empezó todo para mí, que fue simplemente sentarme conmigo misma y realmente volver a sentir esa primeriza pasión por escribir canciones. Entusiasmándome con referencias, artistas y poesía -lo que sea-, y conectando realmente con eso.»

El nuevo proyecto se presentó, como de costumbre en las grandes artistas pop, con un rebranding acorde que no ha tardado en despertar recelos por su adopción de una estética a lo Charli XCX. C,XOXO se inspira en la ener- gía de la adolescencia tardía y la temprana juventud, el idgaf como modo de vida y el paisaje de Miami de telón de fondo. En un mundo que estéticamente nos hace vivir en Spring Breakers, no podemos ignorar las influencias en lo sónico. Pop saturado y electrónica se encuentran con el rap y se materializan con la ayuda de JT, Yung Miami, Lil Nas X y Playboi Carti. No nos podemos olvidar de las dos colaboraciones con Drake, especialmente teniendo en cuenta que una de ellas iba a pre- sentarse como single principal y se vio eclipsada por la guerra abierta que Kendrick Lamar le declaró al canadiense. A cargo de la producción se encuentra El Guincho (Rosalía, Beny Jr, Bad Gyal) con la ayuda de Jasper Harris (músico tras temas de Jack Harlow, Kendrick Lamar o Roddy Rich). Las decisiones tanto musicales como estéticas son pruebas fehacientes de que Camila iba en búsqueda de una personalidad muy concreta con el foco puesto en el zeitgeist. Y es que sería casi despectivo obviar las reminiscencias al pop de Charli XCX ya tan comentadas o a FKA Twigs, pero también las colaboraciones y los guiños continuos a la música afroamericana.

I LUV IT fue el primer single con la colaboración de Playboy Carti -un mumble que ha dado para muchos memes- y el sampleo de Gucci Mane. En él, pudimos intuir el camino que recorrería el álbum montado en el autotune tras un sonido brillante, o la intención de escribir letras pop como quien escribe un rap. He Knows nos presentó la primera colaboración del álbum junto a Lil Nas X, y en Chanel No.5 Camila persigue la idea de ser una baddie desenfadada y divertida. Ella quiere ser that girl: rímel corrido, rara, pelo decolorado pero desgastado a propósito, vibras misteriosas pero atrevidas, oscura pero brillante y al son de géneros que aún no había explorado en profundidad. Tal vez esa primera canción con SOPHIE, Cashmere Cat y Benny Blanco fuera algo más que su debut discográfico y nos dé pistas de lo que la artista tiene aún por contar. Desde el inicio del rollout de este proyecto que lleva más de tres años cocinándose han corrido ríos de tinta sobre si esta nueva era es sincera o no, si el desarrollo de esta nueva identidad es auténti- co o simplemente una estrategia comercial. Sin embargo, Camila es la autora de todas sus letras y melodías principales y parece que toma por completo la dirección artística de su carrera con un nuevo contrato. Por ello, y pese a quien pese, es innegable que «C, XOXO» presenta una Camila más audaz y creativa.

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