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LA PLAZUELA | ENTREVISTA

Por: Gabriel Cárcoba

La Plazuela han reclutado al mítico cantaor David de Jacoba y a los ascendentes productores de Texture para su último EP, ‘La Caleta’: un luminoso trabajo dedicado a la costa granadina y a sus agradecidos habitantes. Entre risas, hablamos con Manuel Hidalgo (indio) y Luis Abril (nitro) sobre dejar atrás granada, la vida después del éxito de ‘Roneo Funk Club’ y la importancia de crear algo honesto y duradero. 

Cuando La Plazuela hizo su primera entrevista con NUEBO, a principios de 2023, “estábamos quebrándonos la cabeza para sacar adelante el directo de Roneo Funk Club”. A la vez, se empezaban a erigir los cimientos del próximo trabajo discográfico de los granadinos a partir del pri- mer mensaje en Instagram del cantaor David de Jacoba, enviado en enero: “Hola, sigo vuestra música y me encanta el rollo que lleváis. Me encantaría grabar algo con ustedes en algún tema. Un abrazo”. Así, en uno de los bares de Salobreña, empezó el sueño de La Caleta. Más de un año después de su debut y habiéndose mudado a Madrid de manera definitiva, la vida de Indio (Manuel Hidalgo Sierra) y Nitro (Luis Abril Martín) ha cambiado sustancialmente. “Una de las cosas que más valoro es ir al supermercado y no estar preocupado de si voy a tener dinero o no”, cuenta Indio. En cuanto al trabajo, también ha supuesto un avance de “presión y responsabilidad que queremos y buscamos, pero que tienes que saber llevar”. No todo ha sido fácil. Por ejemplo, la búsqueda de hogar en una nueva ciudad. Indio cuenta que “ha sido de las frustraciones más gordas de los últimos años”. A los caseros no les gustan ni los músicos ni los jóvenes. “Y si eres gitano y flamenco, ni te cuento”, añade David.

Por muy vista que se tenga, la tierra de cada uno es sagrada. Al dejarla, siempre se ve con otros ojos. En este caso, Granada y Madrid no podrían ser más diferentes, en todos los aspectos. “La gente de aquí está muy enfadada todo el día, estamos muy estresados. Tengo muy buenos amigos aquí en Madrid, pero vas por la calle y noto que no te dan tanto los buenos días ni te miran bien a la cara cuando te hablan”, cuenta Indio. Hasta la cosa más pequeña puede ser una gran diferencia: “Aquí no hay fuentes para beber en un momento dado”, señala David. La diferencia en el estilo de vida tampoco ha pasado desapercibida para Nitro: “Lo que más echo de menos es el cómo vivía yo en Granada. No sé si ahora lo encontraría, pero echo en falta la sensación de estar en un mirador, con un colega, echando un cigarrillo. La tranquilidad que tiene esa ciudad. Es verdad que tendríamos que ver como estaríamos nosotros allí”.

Entonces, ¿qué tiene de bueno Madrid? El trabajo. En el caso de La Plazuela, todavía más.

Nuestra experiencia en Madrid es distinta a lo que nuestras familias se piensan. Hemos encontrado nuestro sitio aquí, en nuestro barrio, donde vivimos más o menos todos. Vamos al estudio a la hora que decidimos. Estamos un poco ajenos a todo ese estrés, y también estamos haciendo piña con gente muy bonita”, admite Indio. Por todo esto, se entiende mucho mejor la llegada de La Caleta, que al final es una carta de amor nostálgica a Granada, sus costas y su gente. Para este trabajo, en el que cobra mucho más protagonismo el flamenco, La Plazuela se ha juntado con David de Jacoba y el dúo de productores Texture, que ponen su electrónica visión del futuro granadino. Sobre De Jacoba, autor de la versión original de De color, cuentan Indio y Nitro que les sorprendió “un montón su manera de ver el flamenco y la música”. David viene del flamenco más tradicional. El flamenco de las leyendas. “Yo he tenido la suerte de estar con el maestro Paco de Lucía de gira durante cuatro años, los últimos de su vida”, cuenta De Jacoba.

La fusión de La Plazuela no sienta bien a muchos puristas del género flamenco, y así lo ha sufrido David. “Hay alguna gente del flamenco que me ha dejado de seguir, pero he ganado muchísimo más. Lo que tenemos que hacer los flamencos es irnos con esta gente, que nos aporta. No quiero el olé de gente que no le gusta el arte ni la música”, sentencia. La diferencia entre él y todos los que le critican es poner la música, sea como sea, por delante de todo: “Yo soy cantaor de flamenco, pero más que eso, me considero cantaor de la música”.

La idea de ‘La Caleta‘ llegó en el peor momento posible. “Estábamos en mitad de una gira y acabábamos de sacar un disco. Luego pensamos que, si no lo hacíamos ahora, igual teníamos que esperar dos o tres años, porque los tiempos aquí van así. Fue un quebradero de cabeza”, cuenta Indio. “Cogimos a David y nos lo trajimos a Madrid. Nos metimos al estudio sin que hubiera nada porque no estaba en nuestros planes. Lo primero que salió fue decirle que se cantase diferentes palos de flamenco en diferentes bpms». Así surgió Rumba de los bajos, aclara Nitro sobre la espontaneidad del proyecto. Entre Madrid y Salobreña, La Caletatomó forma. Se derramó hasta sangre, en Alegrías de la ragua, concretamente. “Hay un momento en el que está muy alto el tono, y David sangró cantando una de esas voces”, cuenta Nitro.

Todo el esfuerzo finalmente tuvo su recompensa. ¿Hay algo más bonito que ver reconocido el trabajo por aquellos en los que pensabas al hacerlo? “Ha sido mucha gente de allí, de la costa, la que se ha sentido alabada por cómo lo hemos hecho. Esos pueblos no son tan turísticos como Málaga o Cádiz y yo creo que no se esperaban que nos diera por hablar de ellos”, cuenta Indio, con una sonrisa. “Si la gente de allí lo ha recibido con cariño, haciendo una excepción, me vale más su opinión que la del resto”.

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