ÁNGELES TOLEDANO | ENTREVISTA
Por: Diego Rubio
La cantaora jienense estrena este mes su primer disco, ‘Sangre sucia’, en el que encuentra su propia voz contraponiendo tradición y vanguardia de la mano del guitarrista Benito Bernal y el productor Harto. Entre brumas electrónicas, pero sin renunciar a una voz vieja y a las grandes cuestiones del flamenco, Ángeles Toledano se separa de ser promesa del género para emprender el vuelo hacia un espacio, y un lenguaje, mucho más personal. Y que digan lo que tengan que decir.
Después de un año apenas sin parar entre sus compromisos como cantaora con proyección sin techo, el rodaje de Ángeles, Víctor, Gloria & Javier -supergrupo de post rock flamenco que forma con miembros de Rufus T. Firefly, Ana Tijoux y The Low Flying Panic Attack– y ultimar los detalles de la grabación de su primer álbum, Ángeles Toledano está disfrutando de unos merecidos meses de descanso en su pueblo natal, Villanueva de la Reina, provincia de Jaén. Es la calma antes de la tem- pestad: en poco más de un mes Sangre sucia estará ya en la calle, y la rueda volverá a girar otra vez para la cantaora de 29 años. Pero la dirección, ahora, se parecerá mucho más a lo que Toledano es en realidad. “Llevaba ya tiempo queriendo tener mi propio disco, mi propio discurso, mi propio sonido, una propuesta que sienta como personal… Siempre he sido una intérprete, me he dedicado a interpretar los palos y los cantes tal y como son, respetándolos de una manera sincera y profunda. Soy como Nobita cuando no es capaz de estudiar para el examen y Doraemon le da un pan de sándwich para que se lo coma y se aprenda la lección. Yo me he comido completamente el cante flamenco y lo he calcado, lo he imitado muchísimo… Siempre he cantado el flamenco como es. Y al final eso es otra cosa: siempre he cantado letras de otra generación. Ahora quiero cantar el flamenco como lo interpretaría Ángeles, y en cierto modo también como creo que lo interpretaría mi generación. No solo pienso en mí: también pienso en mis amigos, en la gente que pueda venir a verlo…”. Cuenta que el proceso empezó hace un par de años, “pensando un poco en los temas que quería hacer en cuanto a cantes, dándole vueltas al concepto que quería transmitir, haciendo letras…”. Pero tampoco es algo que haya ido buscando deliberadamente: “Iban surgiendo ideas, las apuntaba en el móvil, y todo contribuía a conformar ese todo que empezaba a rondar en mi cabeza. Sí que tenía claro que quería hacerlo cuanto antes porque ya sentía esa necesidad, pero no ha sido un proceso de ponerme horarios, disciplina y sentarme a componer, sino que todo ha ido surgiendo, y cuando había reunido la información necesaria nos hemos puesto a trabajar”.
Grabado junto a su guitarrista de confianza, Benito Bernal, y el productor Harto (Antifan, C. Tangana, Erik Urano), Sangre sucia se sitúa en esa estirpe de álbumes que reunifican tradición y vanguardia y que, escogiendo un lenguaje de texturas electrónicas, actualizan la forma y fondo del flamenco, sacándolo de la ortodoxia. “Pero yo tengo claro que es un disco totalmente tra- dicional, en el que todo lo que aparece es fruto de la pura curiosidad y de la inquietud”, reconoce Toledano. “Probábamos muchas cosas en función de lo que nos sugería el instinto o las referencias que yo tengo en mi Spotify, y me fijo en muchas cosas, la verdad: mu- cho Pink Floyd, mucho Billie Eilish, Camille… Y claro, también referencias clásicas de flamenco y cosas más de ahora, más urbanas”. Con el tiempo ha aprendido que el flamenco ha de ser, para ella, un vehículo deexpresión propia, y no un ejercicio. “Todo el debate sobre la pureza comienza con el libro Mundo y formas del cante flamenco de Antonio Mairena y Ricardo Molina -publicado originalmente en 1963-. Ahí se empieza a plantear la diferencia entre lo que es puro y lo que no lo es, cuáles son las voces que pertenecen al canon flamenco… Y aparece también el miedo a la pérdida, una ambición de preservación que deriva, para mí, en esa actitud académica y en cierto modo inmovilista, la ortodoxia flamenca. El miedo a una experimentación que desvirtúe la esencia del flamenco. Obviamente cuando se termina la dictadura y España vuelve a abrirse a los sonidos de fuera llega una nueva generación que abraza los nuevos sonidos e inicia una nueva etapa de experimentación que realmente sigue reflotando cada cierto tiempo”.
Tiene claro que el flamenco, en esencia, es un género urbano, mestizo y cambiante, y reconoce como fundamental la influencia de la Gata Cattana. “Hay pocas cosas que me parezca que conecten tanto con el flamenco y con la calle como el rap. El lenguaje del rap se acerca muchísimo al lenguaje del flamenco, y lo entendí desde que me empezaron a salir estrofas de cuatro versos que yo pensaba en términos de flamenco pero que podrían funcionar como barras perfectamente. Es muy difícil escribir rap o escribir flamenco sin la vivencia de la calle. Por ejemplo, el flamenco, y es algo que he debatido en mi círculo alguna vez, es muy difícil que lo escriba una persona culta que tiene a su servicio todas las palabras del mundo, porque el flamenco es muy conciso, se escribe con cuatro frases, cuatro ideas que funcionan como una sentencia firme de lo que se está diciendo. No hay duda, no hay posibilidades, solo verdades absolutas. Y eso solo lo sabe escribir bien una persona que sabe cuatro palabras, las palabras primordiales para vivir y para relacionarse”.
Y aunque todo este debate sobre la pureza de la sangre en el flamenco tiene mucho que ver con el concepto de Sangre sucia, la idea principal del disco era la figura de Hermione Granger: “La saga de mi vida, la que me ha acompañado siempre, la que me puedo poner en cualquier momento, a cualquier hora, cualquier fecha del año, y por lo único que pago HBO, es Harry Potter”, confiesa Toledano. “Y mi personaje favorito de ficción es Hermione, también por lo que ella logra tanto a nivel de amistad como a nivel de éxito personal: consigue entrar en Hogwarts sin venir de ningún lado, sien- do una sangre sucia, simplemente con su tesón, sus ganas y su trabajo, y al final consigue realizarse como una gran maga, rodeada de sus amigos. En el fondo me siento súper identificada con ella. En las primeras demos de algunos de los temas incluso aparecía ella hablando. Lo que pasa es que alfinal nos lo echaron para atrás por tema de derechos de Warner”.
Desde Hermione, y fijándose también en la saga de ensayos Calibán y la bruja de Silvia Federici, Toledano reflexiona sobre el lugar de la mujer en la sociedad y, sobre todo, en la cultura. “La sangre que nos une a todas las mujeres es sucia también por la historia que nos construye. La cantidad de información que nos hemos perdido por condenar la inteligencia femenina como brujería… Cuando me preguntan si me relaciono con alguna época de la historia siempre digo que no, que con el presente. No existen referentes femeninos, y si existen los tienes que buscar. Yerai y yo lo hablamos una vez de vuelta en un tren desde Logroño: qué fácil es que te lleguen Tomás Pavón, Juanito Valderrama, Cama- rón, Morente, pero tienes que rebuscar más para encontrar a Remedios Amaya, a Juana la del Revuelo, a Tía Anica, a Isabelita de Jerez o a La Niña de los Peines. Cuando era más pequeña tendía a cantar muy grave porque imitaba las voces masculinas, y a los guitarristas les ponía la cejilla super baja… tardé bastante en aprender a usar mi propio tono y sentirme cómoda en él, que no veas la liberación”. El ideal que persigue es la construcción de unos referentes que actualicen y superen los tópicos que normalmente se asocian al flamenco, al andalucismo, a la idea de tradición: “No creo que haya tenido una navaja nunca en las manos, y si la he tenido ha sido para cortar un melocotón”.