CHACHA HUANG | ENTREVISTA
Por: FERNANDO BERNAL
Esta actriz china confía en el destino y sabe que llegará su momento. Se mudó a España para estudiar, curró de modelo y entonces llegaron los primeros cástings. Lamenta que no la llamen tanto para hacer más pruebas aquí, pero entre tanto sus oportunidades las aprovecha asumiendo riesgos como la película ‘On the go’.
Se instaló en nuestro país 2012 para aprender español; ya sabía inglés y quería aprender otro idioma. “Siempre he tenido mucha facilidad con los idiomas. En casa hablábamos un dialecto, en la escuela chino mandarín, y luego, cuando me fui a estudiar a otra ciudad, aprendí otro idioma. Cuando estaba terminando el Bachillerato decidí empezar con el español”. Pero su primer destino no fue la capital, donde ahora vive, sino otra ciudad cercana pero más pequeñita donde encontró un lugar ideal para el estudio, pero no tanto para desarrollar sus inquietudes. “Ávila es una ciudad perfecta para aprender español, pero en la parte social y cultural me veía un poco encerrada. En la ciudad no hay cines, tenía que salir a un cen- tro comercial donde siempre ponían estrenos. Necesitaba buscar un lugar más metropolitano. Muchos fines de semana venía a Madrid y flipaba. Y busqué opciones para moverme, hice un cambio de notas con mi Bachillerato en China y pude empezar un grado en Literatura Italiana e Inglesa en la Universidad Complutense”.
Y en ese momento actuó el destino al que tanto se agarra y su carrera universitaria pasó a un segundo plano. “Desde pequeña me gustaba actuar. Pero en China ser actriz o cualquier cosa artística es un sueño muy difícil de alcanzar. Siempre están las notas lo primero, el deber de estudiar. A los diez años lo dejé de lado, pero de niña hice teatrillos. Aquí me empezaron a llamar para hacer fotos y arrancó mi carrera como modelo. Una vez que estaban buscando una actriz china, hice el casting y poco a poco entré en este mundillo”. De ahí llegaron pequeñas apariciones en El hombre de las mil caras (2016), de Alberto Rodríguez, y en algunos capítulos de ese fenómeno de masas que fue La casa de papel, además de varios cortos. “Pero la primera oportunidad con un personaje importante de reparto fue en Ánimas (2018), de Laura Alvea y José F. Ortuño, que se estrenó en Sitges. Y la primera que hice como protagonista fue Perdiendo el Este (2019), de Paco Caballero. Como era una película muy enfocada a la taquilla, una comedia que llegó a mucho público, la gente me empezó a recono- cer. Pero no empecé a sentirme realmente actriz hasta 2021, después de la pandemia. Trabajé en varios proyectos y sentí la esencia de ser actriz, de serlo de verdad, tener la confianza necesaria”.
Aunque lleva relativamente poco en el oficio, ya es consciente -algo que lamenta- de que para una actriz nacida en China como ella el número de papeles a los que tiene acceso es más reducido, algo que espera que se vaya corrigiendo con el tiempo, para que importe más la persona y su talento que sus rasgos físicos. “En esta lucha pongo toda la ilusión y las ganas. Hago todo lo que puedo para que cambie, pero lo veo muy lento, va a rachas. Si en EE UU o en Inglaterra ha funcionado una serie o una película con papeles con diversidad, de repente algo cambia y dicen ‘Vamos a probar a actores no blancos’. Pero yo, ahora mismo, llevo un año sin castings en España. Eso de que todo el mundo te quiere es puntual, no es algo que esté pasando en esta industria. Pero debe cambiar. No solo la diversidad falsa, darle un papel a una actriz no blanca para que esté al lado del protagonista y no hacer nada. Sino películas con personajes que pueda encarnar cualquier tipo de actriz, no solo por raza, sino también por las características propias de su cuerpo. Lo físico va detrás de la calidad de una actriz”.
EN LA NUEVA ‘EMMANUELLE’ (CON NOÉMI MERLANT)
En 1974 se estrenó una película que se convirtió en un verdadero acontecimiento mundial, que convulsionó la sociedad y abrió los ojos a los espectadores deseosos de nuevas sensaciones. Aunque su calidad sea discutible, la película de erotismo-chic Emmanuelle, de Just Jaeckin, recaudó 300 milllones de dólares en todo el mundo y convirtió a su protagonista, Sylvia Kristel, en un icono. Ahora, la directora francesa Audrey Diwan -León de Oro por El acontecimiento- estrena en septiembre, en el marco del festival de Donosti, una nueva versión, que suponemos más coherente con el momento que vivimos -la original resultaba bastante cuestionable- y en ella Chacha comparte reparto como Noémi Merlant. “Aún no lo he procesado del todo. Audrey es muy cariños y respetuosa. Me sorprendió porque esperaba alguien más distante, una cineasta que ha ganado tantos premios… Para ella lo primero es que te sientas cómoda. Y con Noémi ha sido un auténtico sueño. El primer ensayo lo hice como una fan. La estaba esperando y solo pensaba en no tem- blar. Y luego resultó ser muy normal. Nunca he conocido una actriz con miradas tan penetrantes”